martes, 31 de marzo de 2015

MEDITACIONES PARA ESTE TIEMPO DE SEMANA SANTA : Padre E. Albamonte fspx

CAPITULO II
MÍSTICA DEL TIEMPO DE
PASIÓN Y DE SEMANA SANTA
Año Litúrgico - Dom Prospero Gueranger

MISTERIOS Y RITOS. — La Liturgia abunda en » misterios en estos días en que la Iglesia celebra los aniversarios de tan maravillosos acontecimientos; pero la mayor parte se encuentra en los ritos y ceremonias propias de cada día, que trataremos a medida que se presente la ocasión. Nuestro objetivo especial en estas páginas, es sólo decir algunas palabras sobre las costumbres dé la Iglesia en las dos semanas que han de seguir.
EL AYUNO. — Nada tenemos que añadir a to expuesto sobre el misterio de la Santa Cuaresma. El período de expiación continúa su curso normal hasta que el ayuno de los penitentes haya igualado la duración del que practicó el Hombre-Dios en el desierto. Los fieles de Cristo continúan combatiendo, con las armas espirituales, contra los enemigos de la salvación; asistidos por los ángeles de luz, luchan cuerpo a cuerpo contra los espíritus de las tinieblas, con las armas de la compunción, de corazón y la mortificación de la carne. Como ya hemos dicho, durante el tiempo de Cuaresma la Iglesia está preocupada de un modo especial por un triple motivo; la Pasión del Redentor cuya llegada hemos ido presintiendo de semana en semana; la preparación de los catecúmenos al bautismo que se les conferirá en la noche de Pascua; la reconciliación de los penitentes públicos a los cuales la Iglesia les recibirá de nuevo, el Jueves Santo. Cada día que pasase reaviva esta triple preocupación de la Iglesia.
LA PASIÓN. — La resurrección de Lázaro en Betania, a las puertas de Jerusalén, ha colmado la rabia de sus enemigos. El pueblo ha quedado estupefacto al ver reaparecer por las calles de la ciudad al que había muerto hacía cuatro días; y se pregunta ¿acaso el Mesías ha de obrar mayores prodigios?, ¿no ha llegado el tiempo de cantar el Hosanna al Hijo de David? Muy pronto va a ser imposible represar el impetuoso entusiasmo de los hijos de Israel. Los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo ya no pueden perder ni un momento si es que quieren impedir las manifestaciones populares que van a proclamar a Jesús, Rey de los Judíos. Vamos asistir en estos días a sus infames conciliábulos. En ellos la Sangre del Justo va a ser puesta en venta y tasada en un precio irrisorio. La divina Víctima, entregada por uno de sus discípulos, será juzgada, condenada, inmolada; y las circunstancias de este drama no se reducirán a una simple lectura; la Liturgia las va a representar al vivo, ante los ojos del pueblo cristiano.
LOS CATECÚMENOS. — Ya no les queda a los catecúmenos más que un poco de tiempo para desear el bautismo. Su instrucción se va completando día por día; las figuras del A. Testamento han ido pasando ante su vista; y pronto no les quedará nada que aprender acerca de los misterios de su salvación. Entonces se les dará a conocer el Símbolo de la fe. Iniciados en las exaltaciones y humillaciones del Redentor, esperarán con los fieles el momento de su resurrección; y nosotros les acompañaremos con ansiedad y alegría en aquella hora solemne en que después de sumergidos en la piscina de salvación y purificados de toda mancha por las aguas regeneradoras salgan puros y radiantes para recibir los dones del Espíritu Santo y participar de la carne sacrosanta del Cordero, que ya nunca más morirá.
LOS PENITENTES.— La reconciliación de los penitentes se aproxima a pasos agigantados. Aun están en su labor expiatoria, vestidos de cilicio y ceniza. Las lecturas consoladoras que ya hemos escuchado continuarán leyéndoseles todavía para así refrescar sus almas más y más. La proximidad de la inmolación del Cordero acrecienta su esperanza; saben que la sangre de este Cordero es de una virtud infinita y que borra todos los pecados. Antes de la resurrección del Libertador, recobrarán la inocencia perdida; el perdón descenderá sobre ellos muy a tiempo, a fin de que ya puedan sentarse, como hijos pródigos ya felices, a la mesa del padre de familia el día en que se diga a los comensales: "He deseado ardientemente comer con vosotros esta Pascua."
DUELO DE LA IGLESIA. — Tales son, en resumen, las grandiosas escenas que nos esperan; pero al mismo tiempo, vamos a ver a la Santa Iglesia abismarse más y más en las tristezas de su duelo. Hace poco lloraba los pecados de sus hijos; ahora llora la muerte de su esposo celestial. Desde hace mucho tiempo el Alellusa está desterrado de sus cánticos; hasta suprimirá la alabanza a la Trinidad Santa con que terminan los salmos. Si no honra a ningún santo, cuya fiesta se puede celebrar hasta el sábado de Pasión inclusive, la suprimirá, primero en parte, y, poco después, en absoluto, aun aquellas mismas palabras que repite con tanto gusto: "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo."
La lectura en los oficios de la noche están tomados de Jeremías. Los vestidos litúrgicos son del mismo color que en Cuaresma; pero en Viernes Santo el negro reemplazará al morado como quien llora una muerte, puesto que en esto su Esposo está verdaderamente muerto. Sobre él han recaído los pecados de los hombres y los rigores de la justicia divina, y han entregado su alma al Padre en medio de una horrorosa agonía.
RITOS LITÚRGICOS. — En espera de esta hora la Iglesia manifiesta sus dolorosos presentimientos, cubriendo la imagen del divino Crucificado. La Cruz misma ha dejado de ser visible a las miradas de los fieles; está tapada por un velo (Este uso está relacionado con la idea de la penitencia pública en la antigüedad. Todos sabemos que los Penitentes públicos eran expulsados de la Iglesia, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo. Cuando se quitó la penitencia pública, se ideó extender una cortina entre el altar y la nave en todas las iglesias, para hacer comprender a todos los fieles, que, sin penitencia, no pueden llegar a la visión de Dios. Cuando se suprimió la "cortina de Cuaresma", se cubrieron los crucifijos y las imágenes y, más adelante, sólo durante el tiempo de Pasión). Las imágenes de los santos no están visibles; es justo que el siervo se oculte cuando la gloria del Señor se eclipsa. Los intérpretes de la Liturgia nos enseñan que esta costumbre austera de velar la cruz en tiempo de Pasión expresa la humillación del Redentor, obligado a ocultarse para no ser apedreado por los Judíos, como leeremos en el Evangelio del Domingo de Pasión. La Iglesia ordena esta prescripción de velar las imágenes, desde el sábado a la hora de Vísperas, con tal rigor que, en los años en que la fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora cae en la semana de Pasión, la imagen de María, Madre de Dios, permanece velada aun en el día en que el Ángel la saluda llena de gracia y bendita entre todas las mujeres.


viernes, 20 de marzo de 2015

EL MARKETING 3.0 : Y EL ANTICRISTO por Bona Fide










    Últimas noticias

    LA IGLESIA CATÓLICA EN CRISIS : Muy interesante este punto de vista , como decía, en términos (...) políticos-comerciales y financieros el diablo nunca apunta lo que ya lo tenemos por naturaleza , sino apunta lo que en realidad nos hace" falta" en el diario vivir ; es por los ojos (...) , el estómago y por el bolsillo. Es la trampa final para todo ser humano alejado e incrédulo de Dios y conspirativo contra su Iglesia. La nueva esclavitud del anticristo.
    por Bona FideEL MÁRKETING 3.0 : LA TRAMA SUTIL DEL PROYECTO DEL ANTICRISTO Actualmente pero...
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    • Marco Antonio Guzmán Neyra Entonces el marketing 3.0 que de seguro los interesados en este tema lo estudian para obtener una maestría o doctorado. O sea un harakiri que sale de la propias ciencias económicas para un daño mayor para la sociedad moderna en el mundo de los negocios...Ver más

jueves, 19 de marzo de 2015

SAN JOSÉ : Padre E. Albamonte fspx.

Nuestro amado padre E. Albamonte fspx. nos ha enviado un texto sobre la Festividad de San José del cual lo publico para deleite espiritual en esta última semana de Santa Cuaresma.


19 de marzo
SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Vidas de los Santos de A. Butler 


Según el Martirologio Romano, el 19 de marzo es la festividad del "nacimiento (para el cielo) de San José, esposo de la Santísima Virgen María y confesor, a quien el Sumo Pontífice Pío IX, conforme a los deseos y oraciones de todo el mundo católico, proclamó patrono de la Iglesia Universal. La historia de su vida, dice Butler, no ha sido escrita por los hombres, pero sus acciones principales las relata el mismo Espíritu Santo por medio de los evangelistas inspirados. Lo que de él se dice en los Evangelios es tan conocido, que no necesita comentario. San José era de ascendencia real y su genealogía nos la dan tanto San Mateo como San Lucas. Fue el custodio del buen nombre de Nuestra Señora y con ese motivo, necesariamente confidente de los secretos celestiales; fue el padre adoptivo de Jesús, el encargado de guiar y sostener a la Sagrada Familia y el responsable, en cierto sentido, de la educación de aquel que siendo Dios, se complacía en llamarse "hijo del hombre." Fue el oficio de José el que Jesús aprendió, su modo de hablar el que el Niño habrá imitado; fue José a quien la misma Santísima Virgen pareció investir con los plenos derechos paternales, cuando dijo sin restricción alguna: "Tu padre y yo, apenados, te buscábamos". No es de admirar que el evangelista hiciera suya esta frase y nos diga, refiriéndose a los incidentes ocurridos durante la presentación del Niño en el Templo, que "Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de El".
De todos modos, nuestros conocimientos positivos referentes a la vida de san José son muy limitados; a la «tradición» conservada en los evangelios apócrifos, hay que considerarla completamente inútil, por provenir de la fantasía, más que de una auténtica transmisión de hechos. Podemos suponer que se desposó con María, su prometida, de acuerdo con las ceremonias prescritas por el ritual judío, pero no se conoce claramente la naturaleza de este ceremonial, especialmente tratándose de gente humilde, y que José y María eran de esa condición se comprueba por el hecho de que durante la purificación de María en el templo sólo pudieron hacer la ofrenda de dos tórtolas. Esta misma pobreza muestra que es enteramente improbable la historia de la rivalidad de doce pretendientes a la mano de María, los que depositaron sus varas con el Sumo Sacerdote y los portentos que distinguieron de las demás, la vara de José, que fue la única en florecer. Los detalles proporcionados por el llamado «Protoevangelio», por el «Evangelio del pseudo-Mateo», por la «Historia de José, el Carpintero», etc., son, en muchos aspectos, extravagantes y contradictorios entre sí. Debemos contentarnos con los simples hechos que relatan los Evangelios de que, después de la Anunciación, cuando el embarazo de María entristeció a su esposo, sus temores fueron disipados por una visión angélica; que recibió otros avisos del mismo ángel, primero para que buscara refugio en Egipto y después, para que regresara a Palestina; que estuvo presente en Belén cuando Nuestro Señor fue recostado en el pesebre y cuando los pastores acudieron a adorarle; que también acompañaba a María cuando ésta puso al Niño en los brazos del santo Simeón y, finalmente, que compartió el dolor de su esposa por la pérdida de su Hijo en Jerusalén y su gozo cuando lo encontraron discutiendo con los doctores en el Templo. El mérito de san José se resume en la frase evangélica: «fue un varón justo». Éste es el elogio que hace de él la Sagrada Escritura.
Aunque ahora se venera especialmente a san José con oraciones que se ofrecen para obtener la gracia de una buena muerte, este aspecto de la devoción popular al santo tardó en ser reconocido. El Rituale Romanum, publicado con autorización en 1614, a pesar de que incluye amplios y antiguos formularios para ayudar a los enfermos y moribundos, no menciona en ninguna parte, incluyendo las letanías, el nombre de san José, y sólo en tiempos recientes se ha reparado esta omisión. Lo que hace este silencio más notable, es el hecho de que la relación que se da de la muerte de san José en la «Historia de José el Carpintero», apócrifa, parece haber sido muy popular en la Iglesia oriental y que esa historia fue el verdadero punto de partida del interés por el santo. Más aún, ahí es donde encontramos el primer indicio de algo relacionado con una celebración litúrgica. El reconocimiento que ahora se le otorga a san José en el Occidente, según opinión general, se derivó de fuentes orientales, pero el asunto es muy oscuro. De cualquier modo, debe tenerse en cuenta que la «Historia de José, el Carpintero» se escribió originalmente en griego, aunque ahora sólo la conocemos por las traducciones copta y arábiga. En este documento se hace una narración muy completa de la última enfermedad de san José, de su temor a los juicios de Dios, de sus autoreproches y de los esfuerzos que hicieron Nuestro Señor y su Madre para consolarlo y facilitarle su paso a la otra vida, así como de las promesas que hizo Jesús de proteger, en la vida y en la muerte, a los que hagan el bien en nombre de José. Es fácil comprender que esas supuestas promesas debieron haber causado honda impresión en la gente sencilla; la mayoría, sin duda, creyó que incluían una garantía divina de su cumplimiento. En todas las épocas de la historia del mundo, nos encontramos parecidas extravagancias, que se desarrollan a la par de los grandes movimientos de devoción popular. Lo maravilloso es que, en casi mil años, según parece, no encontramos rasgos reconocibles ni en el Oriente ni en el Occidente, de que tales promesas hayan despertado mucho interés. El Dr. L. Stern, persona altamente autorizada que se interesó mucho por este documento, creía que el original en griego de la "Historia de José, el Carpintero" podía remontarse al siglo IV, pero esta estimación de su antigüedad, en opinión del padre Paul Peeters, es quizás excesiva.
Por lo que se refiere al occidente y a ciertas referencias irlandesas, el padre Paul Grosjean saca la conclusión (véase la bibliografía, abajo) de que la mención explícita más antigua que tenemos sobre San José, relacionada con el 19 de marzo, está en un manuscrito conservado en Zurich (Rh. 30, 3); este martirologio, de Rheinau, es del siglo VIII y tuvo su origen en el norte de Francia o en Bélgica. Escribe el padre Grosjean que las referencias en el Martirologio de Tallaght y en el Félire de Oengus, son testimonios concordantes de la tradición continental que se conserva en la copia o resumen del Martirologio Jeronimiano utilizado por los escritores; y esa tradición se comprueba aun más, por dos compendios del Hieronymianum de Richenau y otro de Reims, que aparecieron poco después. La idea de que los irlandeses "culdee" celebraban una fiesta de San José el 19 de marzo, es un error. El Félire es ciertamente obra de un "culdee", pero no es un calendario: es un poema devoto que conmemora a ciertos santos, cuyos nombres se toman arbitrariamente, día por día, de un martirologio abreviado de origen continental, con suplemento para Irlanda. El testimonio de Oengus es muy valioso, porque comprueba la presencia de los nombres de santos que él menciona en el documento que usó; pero un martirologio no es un calendario litúrgico y no nos permite concluir que tal o cual santo fuera celebrado en tal o nuil fecha en Tallaght o en algún otro monasterio irlandés.
Estas alusiones primitivas fueron un punto de partida pura futuros acontecimientos, aunque se desarrollaron lentamente. En el primer Misal Romano impreso (1474), no se encuentra ninguna conmemoración de San José, ni aparece su nombre en el calendario. En Roma encontramos por primera vez, en 1505, una misa en honor de San José, aunque un breviario romano de 1482 le dedica una fiesta con nueve lecciones. Pero en ciertas localidades y bajo la influencia de maestros individuales, había comenzado un culto notable, mucho antes de esto. Probablemente las representaciones de autos sacramentales en los que, con frecuencia, se asignaba a San José un papel prominente, contribuyeron en parte a este resultado. El Beato Hermán, premonstratense que vivió en la segunda mitad del siglo XII, tomó el nombre de José y creía que se le había concedido la seguridad de obtener su protección especial. Parece que Santa Margarita de Cortona, la Beata Margarita de Cittá di Castello, Santa Brígida de Suecia y San Vicente Ferrer, honraron particularmente a San José en sus devociones privadas. A principios del siglo XV, algunos escritores influyentes, como el cardenal Pedro D'Ailly, Juan Gerson y San Bernardino de Siena, abogaron calurosamente por su causa y sin duda, debido sobre todo a su influencia, antes de finalizar el mismo siglo, la fiesta de San José comenzó a celebrarse litúrgicamente en muchas partes de Europa occidental. La pretensión de que los carmelitas introdujeron la devoción del oriente está completamente desprovista de fundamento; el nombre de San José no se menciona en ninguna parte del Ordinarium de Sibert de Beka y, aunque el primer Breviario carmelita que fue impreso (1480), reconoce su fiesta, esto parece haber sido fruto de la costumbre, ya aceptada en Bélgica, en donde se imprimió el mencionado Breviario. El capítulo carmelita celebrado en Nimes en 1498, fue el primero que autorizó formalmente este agregado al calendario de la orden. Pero de ahí en adelante, la devoción se extendió rápidamente y es indudable que el celo y el entusiasmo desplegados por la gran Santa Teresa en la causa de San José produjeron una honda impresión en la Iglesia. En 1621, el Papa Gregorio XV declaró la celebración de San José fiesta de precepto y, aunque después se anuló esta obligación en Inglaterra y otras partes, no por eso ha disminuido, aún en nuestros días, el fervor y confianza de sus innumerables devotos. Testimonio elocuente de este hecho es el gran númro de iglesias dedicadas en su honor y las muchas congregaciones religiosas, tanto de hombres como de mujeres, que llevan su nombre.
La amplia literatura piadosa sobre el culto a San José no tiene lugar aquí. Desde el punto de vista histórico, hemos de contentarnos con referirnos al Acta Sanctorum, marzo, vol. III, y a una pequeña selección de ensayos modernos, de los cuales el mejor parece ser el de J. Seitz, Die Verehrung des hl. Joseph in ihrer geschichtlichen Entwicklung bis zum Konzil von Trent dargestelh (1908). Véanse también tres artículos de la Revue Bénédictine de 1897; del canónigo Lucot, St. Joseph; Etude historique sur son caite (1875); de Pfülf en el Stimmen aus María Laach (1890), pp. 137-161, 282-302; Leclercq en DAC, vol. VII, y del cardenal L. E. Dubois, St. Joseph (1927) en la serie Les Saínts. Sobre las festividades celebradas en honor del santo, véase especialmente de F. G. Holweck, Calendarium FestoTum. Dei et Dei Matris (1925), p. 448. The Man Nearest lo Christ (1944), por el P. F. L. Filias, es una excelente obra popular, bien documentada. De sancto Ioseph quaestiones biblicae (1945) por U. Holzmeister es un resumen muy útil de historia y tradición. La última palabra, a la fecha, sobre el asunto de las referencias litúrgicas más antiguas, es la del P. Grosjean, en Analecta Bollandiana, vol. XXII (1954), fase. 4, Notes d'hagiographie céltique, n. 26.

Anótese enviado por doc. 

martes, 17 de marzo de 2015

MAS SOBRE TV BASURA : CESAR HILDEBRANDT


César Hildebrandt: "El porcentaje de brutos se ha incrementado en el Perú"

El periodista hace una dura crítica al nivel intelectual de los peruanos y de lo que llama "estupidización colectiva".
César Hildebrandt: "El porcentaje de brutos se ha incrementado en el Perú"
“Tengo la convicción de que el cociente intelectual peruano disminuye cada día”. Con estas palabras, el periodista César Hildebrandt criticó el nivel cultural de los peruanos, sobre todo para quienes programas como Combate y Esto es Guerra es su paradigma.
En su última columna en el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, el periodista opinó que el “porcentaje de brutos se ha incrementado exponencialmente en el Perú” y que la falta de cultura se refleja en todos los ámbitos, incluso en la política. “Qué Javier Velásquez Quesquén, que fue presidente del congreso, diga “teníanos” y “habíanos” es algo de lo más decidor”, señaló.
En ese sentido, señaló que en muchos casos la televisión, las redes sociales  y la masificación de la educación privada “trucha” contribuyen a lo que llama “estupidización colectiva” y una “epidemia de apoplejías voluntarias”.
“Nada más parecido a un festival de babuinos trapecistas que ‘Esto es guerra’ o ‘Combate’. Por eso es que los gimnasios están llenos y las bibliotecas vacías. El mensaje es claro: la imbecibilidad es rentable”, agregó.
Pero esta situación no es exclusiva de nuestro país, Hildebrant considera que la televisión por cable también deja mucho que desear. “Ejércitos de descerebrados violentos, de mamarrachos vivientes que lucen bíceps o tetas y apenas pueden silabear “mi mamá me mima”, le dicen al mundo que no está de moda pensar, amar, reflexionar, quedarse callados, derramar una lágrima, recordar”.

Fuente : http://www.capital.com.pe/2015-03-13-cesar-hildebrandt--el-porcentaje-de-brutos-se-ha-incrementado-en-el-peru-noticia_777658.html

Nuestra sociedad cae en la brutalidad y la estupidez



Marco Aurelio Denegri: "Es impresionante el peso de la brutalidad y la estupidez"


Marco Aurelio Denegri: "Es impresionante el peso de la brutalidad y la estupidez"

En su columna semanal en un medio local, el intelectual y conductor de televisión habló del desprecio de la sociedad actual por la cultura. Duro, crítico, agudo como siempre. Capital te trae sus mejores citas.
Los murales borrados  recientemente en el Centro de Lima no solo fueron excusas para el debate político. EL hecho también sirvió para que algunos (los menos) se pregunten sobre el rol de la cultura en nuestra vidas. ¿Qué entendemos por cultura? ¿Sirve para algo? El intelectual, polígrafo, periodista y conductor de televisión peruano Marco Aurelio Denegri publicó este martes, en el diario El Comercio, una columan titulada Culturofobia, en donde reflexiona sobre el desprecio creciente que la sociedad demuestra sobre la cultura. Pasemos rápido a materia:

<<El desafecto que profesa nuestra sociedad en relación con la cultura es palmario. ¿Por qué este desafecto? Armando Robles trató de explicárnoslo manifestando lo siguiente en un artículo publicado el 17 de junio del 2001:

“La cultura –dice Robles–, en el peor de los casos, espanta; y en el mejor, inquieta. Y en todos los casos nos mueve el piso; positiva o negativamente. En resumen, la cultura no nos deja tranquilos en nuestro habitual estado sonámbúlico de ‘así somos’.">> 
DERECHITO A LA TUMBA
MAD no queda solo en la cita al famoso crítico de cine, sino propone mayores descripciones sobre el proceso actual.

<<Los marxistas han subrayado y con razón el hecho de que la persona alienada que no advierte su alienación termina cosificada, y la persona cosificada tiene la conciencia fosilizada, como decía Leopoldo Chiappo, y el fósil ya no es ni puede ser un proyecto de vida, sino hecho cumplido. Fosilizarse, en sentido figurado, significa estancarse sin posibilidad de evolucionar; fosilizarse es anquilosarse, paralizarse.

Reaccionar ante la cultura, positiva o negativamente, es un signo vital; pero no reaccionar es un signo de muerte.>>
EL GANCHO FINAL
Si estás de acuerdo con la primera parte de su columna, no serás indiferente con su final.

<<Una cosa, entre otras, destacable en Armando Robles fue su quijotismo con respecto al cine nacional, o sea el hecho de haber luchado tanto por él y el hecho no menos cierto de no haber sido aplastado por la realidad, la que casi siempre aplasta con su enorme peso a los que se pasan la vida quijoteando y haciendo quijotadas y quijoterías, como ocurrió con el personaje de un cuento de Max Silva Tuesta, que murió en olor de quijotismo y en cuya lápida estaba escrito lo siguiente:

“Aquí yace Juan Pérez, que pesaba 67 kilos. Fue aplastado por la Realidad, que pesa 67 mil toneladas.”

Ese impresionante tonelaje es el de la brutalidad y la estupidez.>>

Lamentablemente, señores, así estamos...
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Fuente : http://www.capital.com.pe/2015-03-17-marco-aurelio-denegri--es-impresionante-el-peso-de-la-brutalidad-y-la-estupidez-noticia_778761.html

viernes, 13 de marzo de 2015

LA CACOSMIA DE LA "TELEBASURA NACIONAL"



JULES MICHELET;. Francia; 1798-1874.
DO_2005521_40370_S.jpgPerversión del sentido del olfato en cuya virtud resultan agradables los olores repugnantes o fétidos.
En el siglo XVI, en España, era tal el hedor de las calles, por el amontonamiento de basura, que la gente distinguida, la gente de viso y alcurnia iba por ellas oliendo una bota o como se decía antes una borracha de ámbar, esto es, un odre con perfume delicado. Júzguese si no sería elegante y refinado semejante uso, que el secretario de Felipe II, Antonio Pérez, no supo regalar cosa mejor a quienes le protegieron durante su destierro. En París, durante los siglos XVIII y XIX, el enmierdamiento callejero era impresionante. Hasta tal punto que el doctor Moreau llega a decir que había tanta mierda en el suelo, que éste ya no se veía. (Cf. A. Corbin, El Perfume o el Miasma, 130, n. 13.) Y según Eberhard Rathgeb, en la capital del Imperio Alemán, en la década de 1870, el enmierdamiento callejero y la consiguiente pestilencia era lo normal. Lo curioso, en el caso de la España quinientista, es que la hediondez callejera no disgustaba al pueblo, el cual se había acostumbrado tanto a la inmundicia, que protestó vivamente cuando se limpiaron las calles.
La razón de ello es una perversión que en jerga médica se conoce con el nombre de cacosmia. Esta voz procede del griego kakós, malo, y osmé, olor. La cacosmia es la perversión del sentido del olfato en cuya virtud resultan agradables los olores repugnantes o fétidos. A un enfermo de cacosmia, a un cacósmico, le parece fragante lo pestilente y bienoliente y hasta delicioso lo excrementicio. Enrique IV de Castilla, monarca del siglo XV, padecía de cacosmia y por eso “amaba la pestilencia”, como dice su biógrafo Gregorio Marañón. Y el gran historiador Jules Michelet se deleitaba con el olor pestífero de las heces fecales.
El hombre es el animal que defiende esforzadamente la basura y entre todos los animales que gustan de ella es el campeón, el que la consume y difunde con más ahínco y entusiasmo.
Unamuno decía que el hombre es el “animal guardamuertos”. Y es cierto. Pero yo agregaría que además es el animal embasurante y basuralizante por excelencia. Es un ser basuralicio. La basura lo atrae irresistiblemente y él se complace en ella con delectación y hasta con frenesí. Demuéstranlo cumplidamente, no diré ciertos programas de televisión, sino abundantes programas de televisión.
La basura es adictiva. Y la basura que produce y esparce diariamente la televisión es peligrosísima, ya que origina una violenta y tenaz adicción. Los televidentes se acostumbran a la cochinada químicamente pura y a la vulgaridad más atroz. Embarrarse es para ellos una fiesta y enlodarse una diversión y enmierdarse una vocación y un destino.
En la página 383 de su libro A Trancas y Barrancas, Alfredo Bryce Echenique manifiesta lo siguiente:
“Confusión hay por todas partes y cada día más, y el hombre parece acercarse a la imagen definitiva de un ser profundamente imbécil que mira cada día más horas de telebasura y soporta el idiotizador impacto de la angustiosa publicidad, sin capacidad de respuesta alguna.”
La teleaudiencia se pervierte con gran rapidez y es víctima fácil de la cacosmia. La cacosmia llegó al Perú hace más de diez años, tal vez quince. Y llegó para quedarse. ¡Maldita sea!

jueves, 12 de marzo de 2015

Una vez más la Familia Peruana esta a salvo de la Ley impía sodomita Bruceana



AUNQUE LA SANTA IGLESIA ESTA EN CRISIS : Hay victorias pro-vida y familia que resaltar. Muy a pesar nuestro hay que reconocer que el apoyo evangélico ha destacado en toda esta correría congresal en defender el derecho natural del matrimonio y la familia según la Ley.
Les dejamos las declaraciones de Monseñor Eguren sobre la victoria de ayer en el Congreso.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Crisis en la personalidad humana

Se hizo 36 cirugías para parecer una muñeca de porcelana

Una modelo japonesa invirtió más de 100 mil dólares en intervenciones estéticas para transformar sus rasgos asiáticos. Busca parecerse a una mujer occidental y lucir como una muñeca, porque "a ellas nadie las llama feas". Una historia triste con un final abierto: piensa seguir operándose.   Vainilla Chamu, antes y después de las 30 cirugías estéticas para convertirse en una muñeca francesa.

www.whatsontianjin.com | Vainilla Chamu, antes y después de las 30 cirugías estéticas para convertirse en una muñeca francesa.
  • El proceso de transformación de la modelo desde su adolescencia hasta lucir como una verdadera muñeca.
  • La transformación de Vainilla Chamu para convertirse en una muñeca francesa.
  • Vainilla Chamu en su adolescencia.
  • Así luce la modelo japonesa después de invertir miles de dólares para agrandar sus ojos y su frente.




Vainilla Chamu, una modelo japonesa, gastó más de 100 mil dólares en cirugías estéticas para parecerse a una muñeca francesa de porcelana. Realizó en su cuerpo una increíble transformación después de pasar por 36 intervenciones quirúrgicas. Y aún no termina: planea someterse a nuevos procedimientos hasta cumplir con su objetivo.
La joven (que no quiere revelar su edad) saltó a la fama luego de participar en un programa en la televisión japonesa. A través de un video, se mostraba el cambio que sufrió en sus rasgos al pasar de tener una apariencia oriental a la de una chica occidental. 
Su obsesión empezó al terminar el colegio secundario. Decidió que quería parecerse a las muñecas porque -según explicó- a ellas nadie las llama feas, y ella había tenido ese complejo durante su adolescencia. Con tan sólo 19 años comenzó a pasar por el quirófano y, después de 36 operaciones, su cambio es increíble.
Vainilla agrandó sus ojos y eliminó los rasgos asiáticos; cambió la forma de su nariz; se puso siliconas en sus pechos; se sometió a varias liposucciones; se agregó pestañas; modificó sus cachetes y retocó las comisuras de sus labios para que al sonreír se le generen hoyuelos. También se puso implantes en sus pómulos y en su frente, para exagerar las facciones. En su próxima cirugía, planea estirar sus piernas mediante un procedimiento (muy doloroso) de alargamiento de los huesos para poder ser más alta.
El resultado: una mujer con las medidas casi perfectas (88-60-89) y de la que poco, por no decir nada, queda de sus raíces japonesas.

¿Qué te genera leer un relato como este? ¿Por qué algunas mujeres no se aceptan como son y buscan, a través de métodos extremos, parecerse a sus "ideales"? ¿De quién es la culpa? ¿Cuál es la solución? Hoy te presentamos una historia tan cruel como real, y esperamos ansiosas conocer tu opinión.